10 de enero de 2011

¿Nos acercamos al fin de ETA?


El 10 de abril de 1998 se produjo el Acuerdo del Viernes Santo en Irlanda del Norte, un acuerdo que podría parecerse mucho al que debería darse próximamente en España si el comunicado que hoy ha hecho público la banda terrorista ETA tiene algún significado. Como decía, tanto los católicos, tradicionalmente partidarios a la incorporación de la región británica de Irlanda del Norte (Ulster) a la República de Irlanda, como los protestantes, mayoritariamente aferrados al status quo actual de soberanía británica, estaban cansados de muertes, justicia callejera, extorsiones, robos y violencia desmedida. Aquel Viernes Santo, el Gobierno del Reino Unido y el Gobierno de Irlanda, respaldados por las fuerzas políticas del Ulster, sellaban un pacto para alcanzar la paz en la región.
El acuerdo otorgaba a los ciudadanos norirlandeses el poder de decidir su futuro mediante el voto, establecía una Asamblea legislativa regional elegida democráticamente y dotaba al Ulster de un Gobierno ejecutivo. Todo, bajo soberanía británica.
Además, según este acuerdo, los partidos políticos de la región, históricamente vinculados a los grupos paramilitares de ambos bandos, se comprometían a buscar soluciones por vías pacíficas y democráticas; se liberarían prisioneros de estos grupos paramilitares (el famoso IRA), y éstos deberían inutilizar sus arsenales en un plazo de dos años. Cinco semanas más tarde, los ciudadanos del Ulster y de la República de Irlanda respaldaron el acuerdo mediante sendos referéndum y la Asamblea Regional comenzó a funcionar.
Pero no iba a ser un camino de rosas. Desde aquel lejano 1998, hasta que el 25 de septiembre de 2005 se diera por concluido el proceso de paz, la solución acordada estuvo a punto de romperse en multitud de ocasiones. Además, los atentados del IRA Auténtico, una facción del IRA que no quiso asumir el acuerdo del Viernes Santo, la suspensión de la Asamblea Regional porque el IRA no avanzaba significativamente en el decomiso, los asesinatos selectivos, los robos y la violencia de baja intensidad estuvieron a punto de dar carpetazo al proceso de paz.

Además de que sentar en la misma mesa al Sinn Fein, brazo político del IRA, y a los unionistas (partidos políticos partidarios de la unión de Irlanda del Norte a Gran Bretaña) no fue tarea fácil. Tanto que estas negociaciones supusieron, por ejemplo, la puesta en libertad condicional a más de 200 presos del grupo armado como principio de acuerdo de paz. Incluso se liberó a Sean Kelly, miembro del IRA y condenado a nueve cadenas perpetúas por asesinato masivo. ¿Cómo se tomaría la oposición y gran parte de los ciudadanos decisiones de este calibre en nuestro país? En Inglaterra, y en el mundo, fueron vistas como lógicas y necesarias por el bien común que suponía el fin de la lucha armada. En conclusión, tanto costó el proceso, que hasta el 28 de julio de 2005, como ya adelantaba más arriba, el IRA no anunció el cese de la lucha armada. Aunque, oficialmente, el IRA no se consideró desmantelado hasta el 3 de septiembre de 2008, cuando su Consejo Armado ya no estaba operativo, según anunciaron las autoridades de control y el gobierno norirlandés.
Aun así, en la actualidad varias facciones disidentes del antiguo IRA pretenden hacer fracasar el acuerdo de paz con ataques esporádicos en Irlanda del Norte. En marzo de 2009, dos soldados británicos fueron asesinados con armas automáticas en un ataque a un cuartel militar que fue reivindicado por el IRA Auténtico. Dos días después, un policía era abatido a tiros en la localidad de Craigavon, aunque esta vez el ataque fue reivindicado por el IRA de la Continuidad, otro grupo escindido del IRA. En enero de 2010, un policía resultó gravemente herido al explotar una bomba lapa adherida a su vehículo...
¿Ven el paralelismo con España? Con todo esto quiero decir que el fin definitivo de la violencia de ETA no va a ser tarea de un día. Las partes van a tener que comenzar ahora un duro proceso negociador, aunque lo veo complicado siempre y cuando la banda terrorista no acceda a deponer las armas y destruir sus arsenales definitivamente y sin vuelta atrás. ETA está asumiendo que su fin es inevitable, pero no todos los integrantes de la banda van a aceptar esta resolución de la cúpula. Probablemente nacerán grupúsculos que intentarán desvincularse de la “antigua” ETA y la kale borroka crecerá por el mismo motivo. No hay duda de que una vez que la banda deponga definitivamente las armas, deberá comenzar un lento y tedioso proceso de paz que deberá culminar con la destrucción de todo el arsenal terrorista, de sus cuarteles, zulos y campos de preparación.
No hay duda de que Batasuna, el brazo político de ETA, quiere participar en las próximas elecciones municipales y autonómicas. De hecho, está conformando ya las listas a los ayuntamientos. Con todo esto, y ejemplificándolo con la desaparición del IRA, no quiero más que dar a entender que el proceso de paz, en caso de que ETA dé un paso más y anuncie el fin irreversible de la violencia, va a ser muy costoso. Largo y tedioso. Pero es ahora cuando españoles y partidos políticos han de estar más unidos que nunca. Pues, por fin, y tras más de 50 años como grupo terrorista, ETA parece haber aceptado que la democracia es la mejor arma para defender su lucha. Pero no hay que desesperarse ni echar fuego por la boca si se dan situaciones encasilladas por algunos como "inaceptables". Porque recuerdo que, en una negociación, todos ganan.

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