26 de diciembre de 2011

Corea del Norte: ¿Un mundo feliz? (y II)

El amor al líder parece “indiscutible”, pero ¿son felices los coreanos? ¿Qué depara el futuro a este país tras la muerte de Kim Jong-Il?

Personas abatidas tras la muerte de Kim Jong-Il
“Mi dios es el gran líder, el Sol del siglo XXI”. Esta es la respuesta que da cualquier norcoreano si le preguntas su opinión sobre Kim il Sung o Kim Jong-Il. Pero, ¿lo dicen de corazón? Tras muchas horas estudiando el estilo de vida en Corea del Norte, puedo afirmar que sí. Tras la muerte del Líder Supremo, las escenas de dolor se multiplicaron en las calles de Pyongyang. Gran parte de los analistas occidentales aseguraron que esas muestras de dolor eran fingidas. Pues, sinceramente, creo que estaban equivocados. Los norcoreanos aman a su líder por encima de todas las cosas porque es lo que se les enseña desde que nacen. El líder es un ser sobrenatural que cuida y ama a todos los norcoreanos. El español Alejandro Cao de Benós asegura que se vive como “en una gran familia”. El líder les protege. “Kim Jong-Il es un padre que nos lo da todo, que no quiere nada para él”, explicaba Cao de Benós en una entrevista hace unos meses.

La historia ha sido reescrita. Tras la guerra de Corea (1950-1953), Kim il Sung se encargó de reconstruir todo el país para salvar así al pueblo norcoreano.  Diseñó las ciudades y “consiguió” que se construyera una casa cada 4,54 minutos, según atestigua el Libro Oficial. Es más, el líder nunca se equivoca. “Si él no existe, nosotros no existimos”, repiten los norcoreanos insistentemente. Por eso no entienden que haya países como Estados Unidos que quieran acabar con él y con su sistema de gobierno.

¿La ignorancia da la felicidad?

Arirang Games
Sin duda. En Corea del Norte no hay acceso a Internet, solo existe una intranet donde el Gobierno coloca los documentos y libros que son necesarios para sus ciudadanos. Existe también un correo electrónico interno que es revisado por los censores y la policía. Hay una fuerte censura y sus bibliotecas son revisadas constantemente. Los pocos turistas que entran al país tienen que dejar en el aeropuerto sus teléfonos móviles, ordenadores y hasta libros y documentos impresos. No pueden pasear solos por las calles ni dirigirse sin intermediación a ningún ciudadano. No hay forma de filtrar información desde el exterior. Por tanto, los norcoreanos solo conocen la verdad absoluta que ofrece su gobierno. Y son felices, porque desde niños se les ha enseñado a amar al líder y a adorarlo como a un dios. 

Claro ejemplo de ello son los Arirang Games, un festival anual único en el mundo donde unas 120.000 personas, tras ensayar durante meses, ofrecen al Líder Supremo una coreografía espectacular con una sincronización perfecta donde se narra la historia de Corea y de sus dos líderes supremos. Un espectáculo soberbio que se repite varias noches seguidas para agasajo de las autoridades locales.

Por tanto, viven convencidos de que tienen todo lo que pueden desear. Así que apenas hay disidentes. De hecho, los norcoreanos que consiguen traspasar la frontera y colarse en su vecino del sur necesitan pasar un par de meses en unos centros especiales para asimilar toda la información que les golpea de inmediato.

Museo de la Amistad
El Museo Internacional de la Amistad también ayuda a alimentar la idea de que todos los dirigentes mundiales rinden honores a su querido líder. Situado entre montañas, el museo acoge miles de regalos procedentes de todos los rincones del mundo. Una especie de santuario de ofrendas a Kim il Sung y Kim Jong-Il. Nadie sabe exactamente dónde se encuentra. Se prohíbe a los turistas hacer fotos o grabar en su interior y los norcoreanos tienen que visitarlo al menos una vez en su vida.

Esta semana, los cristianos celebran el nacimiento de su dios. Nadie se alarma por eso. Sin embargo, cuando el 15 de abril de 2012 el pueblo norcoreano celebre con ofrendas, plegarias y espectáculos varios el centenario del nacimiento del padre de su patria, Kim il Sung, desde Occidente se les tachará de locos y oprimidos. ¿Por qué? En mi opinión, no es más que un fanatismo religioso más.

Y aunque pasen hambre o tengan que hacer costosos trabajos durante horas bajo un severo orden militar, no se quejarán. No por miedo, sino por desconocimiento. Ellos viven en el país elegido por el líder. ¿Se podrían sentir más afortunados?

Campos de concentración

Imagen de un campo tomada por Google
Desde Amnistía Internacional se ha denunciado la existencia de campos de concentración en Corea del Norte. Y aunque el gobierno intenta ocultarlo alegando que ya no hay ninguno activo, diversas imágenes tomadas vía satélite han demostrado su existencia. En estos campos de trabajos forzados hay delincuentes y disidentes, en total, unas 200.000 personas, según han denunciado algunos organismos internacionales. Está claro que su existencia ha de ser denunciada por la grave violación de los Derechos Humanos que se comete, pero si miramos las cifras, ese número de presos no llega ni al 0,8% de la población total de Corea del Norte. Con eso, lo que quiero demostrar es que apenas hay disidentes o delincuentes.

Si comparamos estas cifras con otros países, podemos comprobar por ejemplo que en Estados Unidos hay más de 2.300.000 personas en sus cárceles. En tanto por ciento, equivale al 0,75% de su población, es decir, una cifra similar a la de Corea del Norte.

En los campos coreanos, los delincuentes trabajan hasta su muerte construyendo carreteras, cultivando el campo durante horas, levantando edificios o incluso barriendo calzadas. Los disidentes o presos políticos van al llamado Campo 15, donde son adoctrinados. Si aprenden de memoria los textos de Kim Jong-il son liberados, aunque bajo vigilancia policial.

Plan nuclear

Desde Occidente, siempre se ha visto con recelo el plan nuclear norcoreano. Desde el gobierno de Kim Jong-Il siempre explicaron que no era más que un plan de disuasión. Alejandro Cao de Benós asegura que solo usarán ese armamento nuclear “si Estados Unidos nos invade. No es más que un seguro de vida para defender nuestra integridad y nuestra cultura”. Desde 2005, Corea del Norte ha llevado a cabo diversas pruebas para demostrar que posee armas nucleares que incluso, según aseguran, podrían alcanzar suelo estadounidense.

Aun así, según el Tratado de No Proliferación Nuclear, Corea del Norte, que abandonó este tratado en 2003, sería el país con menos cabezas nucleares de los que se sabe que poseen esta mortífera arma. No superaría las diez. Rusia o Estados Unidos tienen más de 5.000, Israel unas 500, las mismas que la UE (sumando las 300 de Francia y las 200 de Reino Unido). Sin embargo, Corea del Norte es el enemigo a batir por Occidente, a pesar de repetir una y otra vez que no harán uso de ellas siempre que nadie invada su país. “Los Imperialistas solo entienden de armas, por eso empezamos a desarrollar estas bombas”, explica Alejandro Cao de Benós. “Si no las tuviéramos, ya habríamos sido atacados como ha ocurrido en Afganistán, Irak o Libia”, concluye.

Reunificación

Monumento a la reunificación en Pyongyang
Uno de los objetivos perseguidos por Corea del Norte es la unificación con su vecino del sur. “Corea es solo una”, repiten insistentemente. Dividido en plena Guerra Fría, las dos Coreas han evolucionado de forma muy diferente. La autarquía del norte frente al capitalismo del sur. “Estados Unidos quiere una unificación a la alemana para acabar con el socialismo y crear un único estado capitalista”, asegura el español Cao de Benós. “Pero nosotros defendemos una confederación, es decir, un norte comunista y un sur capitalista con libre circulación de ciudadanos”, añade. Sin embargo, el gobierno conservador del sur no está por la labor.

Aun así, aunque las relaciones son tensas entre ambos países, su cooperación económica ha mejorado considerablemente tras la apertura por la que apostó Corea del Norte en 2004. Fue en ese año cuando se construyó la primera fase de un gran parque industrial destinado a empresas extranjeras y situado en la ciudad de Kaesong, al sur del país y muy cerca de la frontera con el vecino capitalista. De hecho, empresas alemanas ya han mostrado su interés por invertir en este gran parque. Tanto que el banco de Corea (del Sur) prevé que para 2012 se haya generado empleo para 725.000 norcoreanos en Kaesong, generando a su vez un beneficio anual para Corea del Norte de 500 millones de dólares.

Ciudad industrial de Kaesong
Pero como siempre, hay problemas. Y, casualmente, vienen de fuera, ya que Estados Unidos ha rechazado todos los productos surcoreanos producidos en la planta de Kaesong, un hecho que ha puesto freno a la negociación de acuerdo de libre comercio que Pyongyang negociaba con Seúl, ya que esto podría debilitar las relaciones con Washington. Asimismo, las peticiones del norte han frenado el desarrollo de la planta. Kim Jong-Il exigió mejorar los sueldos de los trabajadores norcoreanos y subió el precio de arrendamiento. Fue entonces cuando Corea del Sur decidió invertir menos en esta planta al no tener los beneficios de los primeros años.

Conclusiones

Desfile militar en Pyongyang
Tras este extenso análisis sobre la situación y el estilo de vida en Corea del Norte, creo que las conclusiones son obvias. La sociedad está especialmente entregada a sus líderes, y en caso de invasión o ataque extranjero, no dudarán en unirse para defender su patria. Además, viven por y para el ejército desde niños. El gobierno coreano trabaja en generar odio hacia el imperialismo estadounidense. Año tras año, miles de niños visitan museos de tortura (para ver cómo el ejército americano acribillaba al pueblo norcoreano en la guerra de Corea), ven documentales antiimperialistas o aprenden canciones y consignas a favor de su patria y de sus líderes. En Corea del Norte no se conoce el blues, el rock o el jazz. No lo necesitan. Su música gira exclusivamente en torno a la salvaguardia de la patria, de las tradiciones y de los líderes. “Mataremos a los perros estadounidenses”, cantan una y otra vez desde que nacen.

Además, con el cuarto ejército más grande del mundo y con un arsenal nuclear probado, atacar a este país podría suponer más de un quebradero de cabeza a Occidente.

La muerte de Kim Jong-Il abre el debate de la sucesión
Por otro lado, el norcoreano es feliz. Es feliz como eran los protagonistas de “Un mundo feliz” de A. Huxley o los de “1984” de Orwell. El intenso cerrojazo informativo, acompañado de una propaganda política constante, lleva a que sus ciudadanos no cuestionen, no pregunten y no piensen más allá de lo que se les cuenta. Aprenden a tocar instrumentos musicales de forma soberbia para complacer al líder y salvar las tradiciones de la patria. Comen la comida que se les facilita y no se cuestionan sobre si podrían o no comer más cantidad o alimentos diferentes. A nuestros ojos, su situación es penosa, pero ellos saben que viven en el país elegido por el líder y, ese es el mayor de los regalos. Y por eso, lo defenderán con su vida si es necesario. 

23 de diciembre de 2011

Corea del Norte: Introducción al último bastión estalinista (I)

Culto al líder, sólido ejército, partido único, pero también autarquía, vivienda, Educación y Sanidad gratuitas. Así es la gran desconocida asiática

“Los patéticos Estados Unidos se arrodillarán a nuestros pies suplicando clemencia”, cantaba Ha-Neul, una niña norcoreana de dos años mientras saltaba agarrada al brazo de su madre que la miraba con orgullo de camino al colegio.  Así es Corea del Norte, un país de 24 millones de habitantes, de paisajes paradisiacos y estricto orden militar. En guerra con sus vecinos del sur desde 1950, a pesar del armisticio firmado en 1953, el país del “querido líder”, como así conocen sus ciudadanos al recién fallecido Kim Jong-Il, es toda una incógnita. Un férreo cerrojazo informativo y una mentalidad exclusivamente militar son los dos pilares básicos de un Gobierno que se esfuerza minuto a minuto en generar un odio eterno al Imperialismo occidental y, especialmente, a Estados Unidos. Dos millones de soldados y otros dos de reservistas, más la Guardia Roja de Campesinos con cuatro millones más, hacen de Corea del Norte la cuarta fuerza militar mundial.

Los líderes políticos

Kim Jong Il
El Gobierno estaba dirigido hasta hace unos días por el dirigente estalinista Kin Jong-Il, que, además de ser Líder Supremo según recoge la Constitución socialista del país, era presidente de la Comisión Nacional de Defensa, Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea y Secretario General del Partido de los Trabajadores de Corea, es decir, del partido único. Por encima de él, solo estaba su padre, Kim il Sung, ideólogo de la Revolución, fallecido en 1994 y Presidente Eterno desde entonces. Las figuras de ambos son veneradas en cada calle, en cada casa, en cada centro. Estatuas gigantescas de ambos, aunque especialmente de il Sung, inundan todo el país para ser veneradas por los norcoreanos.

El culto a los líderes es algo intrínseco a la personalidad coreana. No cuestionan nada, no desconfían de nada. “La ideología y las hazañas de Kim Jong-Il serán inmortales”, aseveró la KCNA, agencia de noticias  de Corea del Norte, al poco de morir el querido líder. Unas gestas que, a nuestros ojos, son totalmente imaginarias. Entre ellas destaca que Kim Jong-Il escribió 18.000 libros a lo largo de su vida, es decir, uno al día durante los últimos 49 años. Asimismo, sus súbditos aseguran que tanto su padre como él diseñaron y estructuraron la capital de Pyongyang, edificio por edificio, plaza por plaza. Pero hay más hazañas, como que Kim Jong-Il inventó los escritorios reclinables o que es el mejor jugador de golf de la historia, siendo capaz de conseguir hasta once hoyos de un solo golpe. Empezó a andar a las tres semanas de su nacimiento y a hablar a los cinco meses. Durante sus años de universidad compuso las seis mejores óperas de la historia. Además, nunca defecó y en su país se decía que era el icono mundial de la moda.  

Kim Jong Un
El líder norcoreano tuvo tres hijos varones y al menos cuatro hijas de distintas mujeres. Su primogénito y legítimo sucesor, Kim Joang-nam cayó en desgracia tras ser detenido en Japón cuando intentaba entrar con un pasaporte falso para visitar el parque Disneylandia de Tokio. El segundo, Kim Jong-chol ha sido desestimado para dirigir el país porque, según su padre, “es demasiado afeminado”. Así que el sucesor será el menor, Kim Jong Un. Poco se sabe de la vida de este joven que tiene entre 27 y 29 años. El “brillante camarada”, que así es como se le conoce en el país, estudió en Berna (Suiza) y habla inglés y alemán. Y aunque ya ha dado sus primeras órdenes, pocos analistas creen que acceda al poder debido a su inexperiencia. Si esto es así, será su tío Chang Sung-taek, hermano de Kim Jong-Il, quien sea proclamado líder supremo.

Asamblea Popular

La República Popular Democrática de Corea tiene un parlamento unicameral: La Suprema Asamblea del Pueblo. Está formada por un diputado elegido cada cinco años por cada una de las 687 circunscripciones que se divide el país. Dado que Corea del Norte es un sistema unipartidista, todos los candidatos son escogidos y designados previamente por el Frente Democrático para la Reunificación de la Patria, bajo control de Kim Jong-Il, que también preside la asamblea.

Pese a que la asamblea es el principal órgano legislativo de Cora del Norte, suele delegar autoridad en un grupo más reducido e influyente, el Presidium, y que, como era de suponer, también está dirigido por el líder supremo del país.

La idea Juche

Kim Il Sung junto a su hijo Kim Jong Il
Aunque en sus orígenes, allá por 1945, el Partido de los Trabajadores de Corea tuvo un origen marxista-leninista, posteriormente fue reconvertido a la ideología Juche, ideada y defendida por Kim Il Sung. “En pocas palabras, la idea Juche significa que los propietarios únicos de la revolución y la construcción posterior son las masas”, según recoge el ideario ¡Juche!, obra en la que se pone la base de la teoría que da sentido ideológico a la estructura estatal norcoreana, escrito por Kim Il Sung en 1975, tres años después de aprobarse la Constitución de la República Democrática Popular de Corea.

Entre sus principales ideas, destaca que ningún extranjero puede dar a los coreanos la receta de qué hacer con su revolución. “Para poder llevarla a buen fin con éxito, los coreanos deben utilizar su cerebro, resolver los problemas con su enfoque, un enfoque que debe hacerse conforme a los intereses de la revolución coreana”.

Y esto es lo que defienden una y otra vez, documental tras documental, artículo tras artículo. Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez, un español de Reus, presidente de la Asociación de Amistad con Corea y delegado especial honorario de ese país, así como de las relaciones culturales con países extranjeros, lo manifiesta en alguna de sus intervenciones en medios extranjeros: “Mientras nos respeten y no decidan adentrarse en nuestro territorio ni en nuestra cultura, no atacaremos. En caso de que lo hagan, emplearemos nuestro arsenal nuclear”.

Autarquía

Alejandro Cao de Benós
Corea del Norte se autoproclama como el país comunista perfecto, “radicalmente diferente” de China, único país con el que mantiene relaciones comerciales, aunque mínimas. Según explica Alejandro Cao de Benós, Corea del Norte es un “sistema socialista completo, donde no existe ninguna empresa privada. Así, todas las plusvalías que se generan se invierten directamente en los ciudadanos”. De hecho, el gobierno norcoreano regala una vivienda a cada ciudadano y la Educación es totalmente gratuita, al igual que la Sanidad. “Al contrario que China, donde todo es de pago, pues de comunista solo tiene la fachada, ya que aplica un sistema capitalista económico”, añade el español.

Pero esta autarquía, donde desde los tanques hasta las mesas, pasando por la comida y la bebida, se produce íntegramente en el país, tiene algunas consecuencias. Corea tiene solo un 15% de tierras cultivables, unas tierras que en la década de los 90 se vieron gravemente afectadas por unas inundaciones que asolaron el país. Esto, añadido a la caída del bloque comunista y a la desaparición de los aliados de antaño, produjo una grave hambruna en Corea del Norte que acabó con la vida por inanición de más de 250.000 coreanos, según cifró el gobierno, aunque la CNN elevó esa cifra hasta los dos millones. Esos años, bautizados como “La ardua marcha” por el querido líder, dejaron merma en los coreanos. Hoy, una década más tarde, la situación ha mejorado y, aunque hay deficiencias de vitaminas o de calcio, la población se alimenta mejor. Sin embargo, esta grave situación hizo recapacitar al gobierno coreano que desde 2004 abrió ligeramente sus fronteras para permitir el comercio internacional por pura subsistencia.

La desnutrición infantil es importante en Corea
Este modelo autárquico establece un reparto de comida diario que se divide hasta en nueve categorías según la edad y el empleo de cada coreano. Normalmente, arroz, grano, trigo o maíz. Además, mensualmente se le da un par de pollos y una docena de huevos, además de otros alimentos básicos. Cada habitante dispone de una tarjeta de reparto donde pone la fecha de entrega y el número de identificación. Ante la alarmante escasez de alimentos y la baja calidad que atesoran, está creciendo un mercado negro de productos chinos y de reventa de los propios alimentos coreanos, sobre todo para obtener más maíz, el grano más asequible para la mayoría.


Mañana, la segunda parte: ¿Cómo se vive en Corea del Norte?

11 de diciembre de 2011

En respuesta al artículo anterior

Como me imaginaba, la mayoría de los lectores no habéis querido entender el artículo y habéis visto ideología más allá de mis palabras. En primer lugar, y como ayer puse en Facebook, lo que quería dejar claro es que obligando a tocar el himno hasta diez veces en bucle como me han asegurado que se ha tocado este año, lo que se está haciendo es desprestigiar esta composición y fulminar su simbolismo. El himno nacional tiene que tocarse cuando tiene que tocarse, y no cuando a unos cuantos les dé la gana porque, de esa forma, pierde todo su sentido, convirtiéndose en una “marchica” más de las fiestas. Y claro que hay un Real Decreto que estipula cuándo y cómo tocarlo, es el que publiqué en el artículo anterior, y, por mucho que pataleen, no dice que sea ante una imagen religiosa.

De hecho, esta regulación del himno nacional fue llevada a cabo en 1997, por un gobierno, el de Aznar, que siempre ha hecho gala de un destacado patriotismo, con el objetivo que menciono arriba: no desvirtuar esta melodía y darle el reconocimiento que se merece.

Después, me hace gracia quienes dicen que me avergüenzo de ser español, que viaje más, que me vaya a Cuba... En los últimos ocho años he vivido en Madrid, en Córdoba, en Roma, en Inglaterra; he visitado media España, media Italia, Londres, Polonia, Marruecos, Noruega, Lisboa, París, Lyon... He conocido a gente de todo el mundo y de diversas religiones. ¿Y sabéis qué he aprendido con esto? Que las banderas y los territorios, unidos al patriotismo extremo, lo único que han conseguido es derramamiento de sangre. Por las banderas y por el territorio se ha matado siempre. Y, casualmente, el país que más mencionáis como ejemplo a seguir, los Estados Unidos, han sido quienes más invasiones patrióticas han encabezado.

Así que si me preguntáis, ¿te sientes patriótico? Respondo que no, porque no creo en los territorios ni en las banderas. Ni en la del Real Madrid. El defender a ultranza una simbología, la cual tampoco rechazo frontalmente (no digo que no me guste escuchar el himno) significa oponerse a todas las demás. Es decir, el defender a ultranza el Estado español o la nación catalana o vasca lleva por consiguiente un rechazo frontal a quien no sea oriundo de ese lugar. Yo, por suerte, soy mucho más tolerante. Si no hubiera banderas ni fronteras, este mundo sería mucho más habitable. Y como ejemplo, Oriente Medio o África y las múltiples guerras civiles que viven entre diferentes etnias por motivos de territorio.

Por último, reitero, es ilegal tocar el himno porque hay una ley que regula cuándo tocarlo. En este Real Decreto, del que hablé ayer, se dice también, que “el himno nacional de España, en cualquiera de sus dos versiones, se interpretará siempre íntegramente y una sola vez”, cuando en Yecla se ha obligado a tocar en bucle para regocijo del personal. Asimismo, la ley deja claro que solo podrá tocarse en los momentos que cité, es decir, en presencia de la bandera o en presencia de algún integrante de la Familia Real. Y quien no quiera ver eso, es que no sabe interpretar una ley. Podéis decir lo que queráis, pero es ilegal. Ilegal porque la ley no recoge esa opción. Si no, os invito a que os leáis el Real Decreto, que para eso está.

Por último, ya que estáis en mi blog, os invito a que leáis más artículos para que podáis comprobar que este tema, en el fondo, no es más que anecdótico. Es una pena que cuando publico artículos hablando de la difícil situación económica en Europa, en España, de la guerra en Siria, en Libia, en Somalia... solo reciban 200 o 300 visitas, mientras que cuando publico meras anécdotas como esta, las entradas se multipliquen por mil. Lo dicho, mucho criticar, pero al fin y al cabo, quienes parecen no estar interesados en conocer qué pasa ahí afuera, son ustedes. Yecla no es el centro del universo. Probablemente, sean ustedes quienes necesiten viajar un poco más.

Este artículo responde a los comentarios publicados en elperiodicodeyecla.com

10 de diciembre de 2011

¿Por qué suena el himno nacional en las Fiestas de la Virgen?

Interpretar el himno nacional ante una imagen religiosa es ilegal, tal y como recoge la legislación vigente

De las Fiestas de la Virgen hay muchas cosas que no entiendo porque carecen de sentido. Desde hace años he defendido el cambio de las Ordenanzas de 1984 para que la mujer pueda participar disparando sin que nadie ponga trabas ni impedimentos. Pero el artículo 66 de las Ordenanzas sigue diciendo lo siguiente: “El arcabucero tirador es el elemento básico de la soldadesca militante en la Compañía. Ostentan esta condición los varones mayores de edad, que profesando la fe católica, se adscriban voluntariamente”. ¿No sería sencillo y justo cambiar la palabra “varones” por “personas”?

Parece que a los yeclanos nos gusta interpretar la Constitución y las leyes a nuestro antojo. Ya no solo con el tema de la igualdad, sino con otro que, por desgracia, ha vuelto a ser protagonista este año: la interpretación del himno nacional cuando la Patrona entra o sale de la Iglesia. Esto, simplemente, es ilegal. En 2006, Ángel Hernández, director de la Banda, ya denunció en su pregón este tema y apostó por interpretar el Himno de la Virgen a la salida o entrada de la imagen. Y aunque durante unos años así fue, parece que ha habido marcha atrás.

Sinceramente, no sé cuántas veces se habrá interpretado el Himno de España este año porque no he estado en las fiestas, pero sí pude oírlo a través de Teleyecla el día de La Bajada, cuando la Purísima Concepción salía del Castillo. E imagino que no habrá sido la única.


En 1997, el Congreso de los Diputados aprobó el Real Decreto 1560/1997 que regulaba el himno nacional. Esta ley, entre otros apuntes, recoge que el himno será interpretado, en su versión completa o breve, solo en estos casos:

1.    En versión completa:
a.  En los actos de homenaje a la Bandera de España.
b.  En los actos oficiales a los que asista Su Majestad el Rey o Su Majestad la Reina.
c.   En los actos oficiales a los que asista la Reina consorte o el consorte de la Reina.
d.   En los demás actos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

2.    En versión breve:
a.   En los actos oficiales a los que asistan Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, Su Alteza Real la Princesa de Asturias o Sus Altezas Reales los Infantes de España.
b. En los actos oficiales a los que asista el Presidente del Gobierno.
c.  En los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una representación oficial de España.
d.    En los demás casos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

Por tanto, interpretarlo en las Fiestas de la Virgen es ilegal, pues no se cumple ninguno de esos preceptos. Así pues, y parafraseando a Ángel Hernández en su pregón de 2006, “es importante intentar restablecer el valor de esta composición y guardar el respeto e importancia que se merece”. Porque creo que para recibir o despedir a la Patrona, el Himno de la Virgen es la composición más adecuada, un himno que, por otra parte, casi nunca se escucha puesto que no hay momento en el que interpretarlo.

Además, sería importante recuperar el Concurso de Composición “Fiestas de la Virgen” que hace unos años puso en marcha la Asociación de Amigos de la Música, la Escuadra Arabí y la Asociación de Mayordomos, porque aunque solo se celebró durante cuatro ediciones, legó una serie de composiciones que ya han pasado a formar parte de la historia de la música de nuestras fiestas mayores.

Pero, ¿por qué se interpreta el himno nacional? Esta tradición surge durante el Franquismo, cuando las imágenes religiosas recibían honores militares. Pero en 1984 esto se prohibió, aunque no del todo, puesto que el Reglamento de Honores Militares, en su artículo 58, todavía prevé la interpretación del himno ante el Santísimo Sacramento, aunque no ante una imagen. Esta excepción me parece errónea, puesto que identifica un símbolo de un Estado que se autoproclama aconfesional con una creencia concreta.

Porque la interpretación del himno ante una imagen religiosa supone una vulneración del principio de neutralidad del Estado, ya que pone en evidencia una confusión entre el Estado y una creencia particular, en detrimento de otras creencias o convicciones. Al interpretar el himno nacional, anteriormente conocido como Marcha Real, nos olvidamos de que este símbolo del Estado, al igual que la bandera, representa a toda la ciudadanía, no solo a quienes profesan la religión católica.

Por todo esto, creo que la Asociación de Mayordomos debería replantearse la interpretación del himno nacional ante la imagen de la Patrona porque, además de ser ilegal, rompe con la neutralidad que persigue la Constitución española al identificar un símbolo del Estado con una creencia religiosa.

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