4 de septiembre de 2012

El 'tasazo' universitario en cifras

El Real Decreto-ley aprobado por el Gobierno Popular incrementa el coste de la matrícula hasta en 600 euros
     
El pasado mes de abril, el ministro de Educación, Juan Ignacio Wert, presentó el Real Decreto-ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo. Estudiantes y docentes se opusieron rotundamente y comenzaron los encierros en las facultades y las protestas en las calles ante un ‘tasazo’ que anunciaba una verdadera privatización de la enseñanza pública. Hoy, unos meses más tarde, los peores augurios se confirman: las tasas universitarias se han multiplicado y algunos grados cuestan hasta 600 euros más que el pasado año, un sobrecoste adicional que muchas familias no pueden asumir, especialmente tras el también anunciado recorte de becas. Pero, ¿en qué cosiste esta reforma?

En primer lugar, el decreto establece que será cada Comunidad Autónoma quien decida el precio de los grados universitarios, pero siempre dentro de unos límites marcados por el Ministerio de Educación y que aumentan considerablemente respecto al pasado año. Hasta ahora, los alumnos sufragaban con el pago de su matrícula en torno al 15% de lo que en verdad costaban sus estudios universitarios. Con la nueva ley, ese porcentaje se puede elevar hasta el 25% en los costes de primera matrícula, multiplicándose sucesivamente entre el 30 y 40% si el alumno se matricula de la asignatura por segunda vez, entre el 65 y el 75% si lo hace por tercera ocasión y del 90 al 100% del coste de la materia si se inscribe por cuarta vez. Esta reforma supone, en palabras del propio ministro de Educación, un incremento por primera matrícula de hasta 540 euros respecto al curso pasado.

José Carrillo, rector de la Universidad Complutense de Madrid, explica en un comunicado que es “profundamente injusto” hacer recaer el recorte en la financiación sobre los estudiantes y sus familias. Además, añade que en opinión de su Rectorado, “se está utilizando la crisis para imponer medidas restrictivas a las universidades públicas, lo que incrementará aún más los graves problemas de desarrollo de nuestro país”. En esta universidad, como en el resto de la Comunidad de Madrid, el precio del crédito ha subido una media de 5,8 euros respecto al pasado curso. Aunque, por ejemplo, el tope máximo se ha establecido en 27,14 euros por crédito, precio que se cobró ya el pasado año por los estudios de Medicina o Ingeniería Biomédica. Sin embargo, en grados como el de Periodismo, el precio del crédito ha pasado de 12,86 euros a 21,32 euros. Este incremento de casi diez euros supone que un alumno de primer curso, que tiene 60 créditos obligatorios, tendrá que pagar 507,6 euros más respecto a 2011. Si entonces pagaba cerca de 800 euros de matrícula, este año el precio se dispara hasta los 1.300 euros.

Desde las universidades privadas también hay rectores que se han pronunciado sobre esta polémica medida. Rafael Cortés, rector de la Universidad Camilo José Cela, piensa que las universidades públicas “han de mejorar su capacidad de adaptación” para “optimizar y modernizar su oferta curricular”.  Aun así, reconoce que la subida de tasas anunciada por el Gobierno “va a afectar inevitablemente a las economías familiares, muy resentidas ya por la crisis”. Para Águeda Benito, rectora de la Universidad Europea de Madrid, los recortes en Educación “nunca suponen una buena noticia”. Sin embargo, cree fundamental someter a las universidades españolas “a programas de eficiencia que promuevan una correcta utilización de los recursos sin afectar a la calidad de la formación que reciben los estudiantes”.

De las más caras de Europa

Con esta nueva reforma educativa, los estudiantes españoles pagan de media entre un 19 y un 20% del coste total de sus estudios, según indica en un informe el Observatorio del Sistema Universitario. Según estos datos, los alumnos de nuestras universidades son de los que más pagan por sus estudios en toda la Unión Europea, solo superados por Portugal, Holanda, Italia, Irlanda y Reino Unido. Por tanto, concluyen que este nivel de contribución “es alto en términos comparativos con otros países de nuestra área cultural, especialmente teniendo en cuenta el modesto nivel de las becas de estudio y su limitada cantidad”.

En cuanto a los precios dentro de España, lo que impera es una gran variedad según estudios y universidades. Hay comunidades autónomas donde todos los grados tienen el mismo precio y comunidades en que se diferencia según el nivel de prácticas. Pero esta tampoco es una variable segura, según indica el Observatorio del Sistema Universitario, “pues unos mismos estudios pueden tener niveles prácticos diferentes en distintas comunidades autónomas o incluso en diferentes universidades de una misma comunidad”. Con esto, el precio del mismo grado puede costar hasta el doble en la universidad pública más cara del país respecto a la más barata. 

De lo que no cabe duda es que estudiar un grado universitario en Madrid, Barcelona o Valencia será mucho más costoso que hacerlo en Andalucía o Galicia. Sobre todo en Cataluña, donde las universidades anunciaron subidas en torno al 66% respecto al pasado año, convirtiéndose así en las más caras de nuestro país. Hace un año, cursar los 60 créditos del primer curso de Humanidades en la Universidad Autónoma de Barcelona suponía un coste de 900 euros. Hoy, puesto que el precio del crédito para ese grado se ha establecido en 25,27 euros, el importe final supera los 1.516,2 euros. En total, más de 600 euros de incremento. Algo similar ocurre con el resto de estudios. Los denominados grados de tipo B (científicos, arquitectura e ingenierías) pasan en Cataluña de los 1.300 de media a los 2.100 euros actuales, mientras que los de Ciencias de la Salud, con un precio por crédito que roza los 40 euros, salta de los 1.400 euros del pasado curso a los cerca de 2.400 actuales.

En Madrid y la Comunidad Valenciana el incremento también es importante. El precio del crédito sube unos seis euros de media en la comunidad presidida por Esperanza Aguirre, por lo que, aunque el precio se mantiene en las carreras de Ciencias de la Salud, el incremento en el resto de titulaciones sí se ha hecho notar. El precio del crédito en los estudios de Biología o Bioquímica en la Complutense ha pasado de los 17,87 euros de 2011 a los 27,14 actuales, mientras que en Arquitectura y todas las ingenierías, el precio del crédito se ha incrementado en 9,5 euros, pasando de 17,31 a 26,81 euros en la actualidad. En la Comunidad Valenciana, el coste medio de una titulación en el sistema universitario público es de 400 euros más que hace dos años. Si entonces una carrera con pocas prácticas costaba en torno a 700 euros, hoy se paga 1.183 euros como mínimo, mientras que los estudiantes que elijan los grados de máxima experimentalidad pagarán 1.478 euros como máximo. Este incremento equivale a un 33% de aumento respecto al pasado curso.

Las más baratas de España

En el otro lado de la balanza, se encuentran las universidades andaluzas, que seguirán siendo las más económicas con independencia de los estudios que se elijan, ya que la Junta de Andalucía no hace distinciones según la experimentalidad del grado. Por tanto, los precios para el curso 2012-2013 en Andalucía se situarán en los mínimos de las horquillas fijadas por el Real Decreto-ley 14/2012: En primera matrícula, en el 15%, lo que supone que el precio del crédito pasa de 12,20 euros a 12,49 euros. En segunda matrícula, el 30%, por lo que el precio del crédito pasa de los 14,10 del pasado curso a los 24,97 euros del actual; el 65% en tercera matrícula, pasando de 18,30 a 52,04 euros y el 90% en cuarta matrícula, por lo que de los 18,30 euros que se pagaba el pasado año, se pasa a los 71,05 actuales.

Con estos precios, estudiar por ejemplo un primer curso de Medicina –que suele ser uno de los grados más caros en todas las universidades-, cuesta 750 euros en cualquier universidad andaluza. El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta, Antonio Ávila, explica que con estas medidas se pretende preservar el principio de igualdad de oportunidades en el acceso a los estudios universitarios, “evitando así la exclusión por razones económicas”.

Asimismo, las universidades canarias, que hasta el pasado curso tenían los precios más bajos, seguirán estando entre las más baratas a pesar de que el precio por crédito ha sufrido un aumento cercano al 40%. Con la subida, el precio del crédito oscila entre los 12,30 euros en los grados con menos experimentalidad y los 18,95 euros entre los que más horas prácticas ofrecen. Algo similar ocurre con las universidades gallegas, donde la Consejería de Educación ha decidido congelar los precios de las primeras matrículas, por lo que quien quiera estudiar por primera vez una asignatura este año en Galicia pagará lo mismo que quienes lo hicieron el pasado curso.
Otras instituciones públicas, como la Universidad de La Rioja o la del País Vasco anunciaron que solo subirían sus tasas conforme a la subida del IPC, es decir, en torno al 2,5% respecto al pasado año.

Becas con más requisitos

El pasado mes de junio, el Gobierno popular aprobó una nueva reforma que afecta directamente a las becas y ayudas generales que reciben los alumnos universitarios. El Ejecutivo pretende corresponder con trabajo las exigencias que supone financiar una beca. Por ello, los alumnos que no aprueben el 50% de los créditos tendrán que devolver el importe íntegro de la ayuda. Hasta el pasado curso, los beneficiarios estaban exentos de su reintegro si se presentaban a los exámenes de una tercera parte de las materias matriculadas.

Asimismo, se endurecen también los requisitos para optar a estas ayudas generales. Con la nueva normativa, los alumnos que ingresen en un grado universitario tendrán que haber obtenido al menos una nota de 5,5 en Selectividad. Igualmente, para poder recibir la beca a partir del segundo curso, los estudiantes deberán haber superado el 65% de los créditos matriculados el curso anterior en las ramas de Ingeniería y Arquitectura, el 80% en las ramas de Ciencias y Ciencias de la Salud y el 90% en las ramas de Arte, Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas. Pero estos requisitos aumentarán de cara al curso 2013-2014, tal y como adelantó el ministro José Ignacio Wert. Todo parece indicar que la nota media de Selectividad exigida para recibir una beca subirá a 6,5 puntos, mientras que para renovarla será necesario superar el 100% de los créditos en la mayoría de las carreras, excepto en Arquitectura y las ingenierías, donde se requerirá aprobar el 85% de los créditos.

Asimismo, el Real Decreto-ley recoge que los estudiantes universitarios extranjeros que no tengan la condición de residentes, excluidos los nacionales de países de la Unión Europea, podrán pagar hasta el cien por cien de los costes de las enseñanzas de Grado, una medida que perjudica especialmente a los estudiantes latinoamericanos.

Alternativas de financiación

Para algunos expertos, como Alex Rayón, profesor de la Universidad de Deusto, el Real Decreto-ley es “justo” siempre que venga acompañado de otras reformas. Para él, tal y como indica en su web, “hay que reformular cómo financiar la educación pública”. Aun así, cabe destacar que la inversión educativa en nuestro país es de las más bajas de la Unión Europea, pues mientras que la media en la UE-25 se sitúa en el 5,5% del PIB, España solo invierte un 4,3% e incluso hay comunidades como la de Madrid donde ese porcentaje solo alcanza el 2,46% de su PIB. Aun así, Águeda Benito, rectora de la UEM, reconoce que hay que cambiar el modelo educativo “para que sea realmente eficiente y sostenible”.

Por tanto, tras la reconversión que pretende este Decreto-ley, muchos estudiantes tendrán que replantearse nuevas alternativas de financiación. Los bancos y cajas ofrecen diversas opciones, aunque la que más se repite es la del préstamo personal con diferentes intereses y plazos de devolución. Algunos de ellos ofrecen también el préstamo contingente, que obliga a devolver el dinero solo cuando la renta pasa de un umbral estipulado, computando los pagos como un porcentaje de la renta. 




Los otros problemas del sector

Además del incremento en las tasas universitarias, los rectores coinciden en que el principal problema con el que se encuentra la universidad española es con la falta de adaptabilidad a la realidad cambiante que se da actualmente en el mercado de trabajo, sobre todo en las universidades públicas. “La integración laboral de nuestros egresados en los primeros seis meses después de acabar su formación supera el 80 por ciento”, asegura Rafael Cortés, rector de la universidad privada Camilo José Cela. Para Iris Núñez, vicerrectora de la Universidad Alfonso X el Sabio, la universidad española tiene que terminar de implantar las titulaciones del Espacio Europeo de Educación Superior “y romper de una vez la distancia que existe entre la formación impartida en la universidad y las demandas reales del mercado laboral”. Para ello, aconseja el modelo de su universidad, “donde siempre hemos impartido la docencia en grupos reducidos, valorando el esfuerzo, el trabajo realizado por el estudiante fuera de las propias clases y la evaluación continua”.

Por último, Águeda Benito, rectora de la Universidad Europea de Madrid, coincide con sus colegas en que la universidad “debe determinar qué titulados quiere formar, qué conocimientos deben tener y qué competencias y valores deben desarrollar”. De esta manera, explica que todos los centros, ya sean públicos o privados, deberían esforzarse más por mejorar los índices de empleabilidad y emprendimiento de los egresados, “por fortalecer los lazos entre universidad y empresa y por definir qué papel debe jugar la educación en el cambio de modelo productivo y social que necesitamos”. Aun así, reconoce que el acercamiento entre los precios públicos y privados podría implicar que un número mayor de estudiantes se decida por la universidad privada, “que apuesta por una formación más internacional, mejor conectada con el mundo profesional, por la innovación y la atención personalizada”.

A pesar de todo, la calidad de las universidades españolas sigue estando muy lejos de la que ofrecen las mejores instituciones a nivel mundial. Según el prestigioso ránking que elabora la Universidad Jiao Tong de Shanghai, la primera universidad de nuestro país no aparece hasta el puesto 201, donde se sitúa la Autónoma de Madrid. Muy cerca, en el puesto 207, está la Universidad Complutense. En cuanto a los ránkings españoles, las universidades públicas siempre copan los primeros puestos, especialmente las de Madrid y Barcelona. Asimismo, entre las diez mejores instituciones españolas siempre suele estar la Universidad de Navarra, que, junto a su escuela de negocios IESE Business School, la convierten en el centro privado más valorado de nuestro país.
   

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