14 de mayo de 2014

El bipartidismo se da la mano

Adiós máscaras. PP y PSOE afrontan la campaña electoral con un acercamiento más que patente, que pone de relieve su rechazo a cualquier otra opción política. Los medios de comunicación silencian al resto de formaciones y solo las redes sociales dan algo de voz a los partidos minoritarios. Sin embargo, el Gobierno ya se plantea regularlas


Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... (…)Tendremos que esperar como mínimo 100 años más para que en este tiempo “si hay mucha suerte” nazcan personas más sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente… ¡pobres españoles! lo que nos costara recuperar lo perdido.

Benito Pérez Galdós

Han pasado más de cien años y el bueno de Galdós ha errado en su predicción. Seguimos igual que entonces. Nada ha cambiado. Los chorizos siguen naciendo y siguen aupándose en el poder auspiciados por una población que, aun superando el analfabetismo del siglo XIX, vive sumida en un desinterés generalizado. La política ha pasado a un segundo plano, como si fuera algo ajeno a nuestras vidas, a nuestro bienestar. Decía Aristóteles que el ser humano es político por naturaleza (Zóon politikon), un animal que debe vivir en sociedad, en comunidad. Sin embargo, este sistema capitalista, bipartidista, consumista e individualista nos está corrompiendo como humanos, nos está arrancando esa parte política, social, que defendía el filósofo griego. Aristóteles pensaba que el individuo solo se puede realizar plenamente en sociedad, pues posee la necesidad de vivir con otras personas. Y ha de ser esa colectividad quien decida el devenir del grupo. También defendió que aquellos que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza son bestias o dioses. Y, sinceramente, pocos dioses hallo a mi alrededor.  

Ese empeño generalizado de PP y PSOE por presentarse como la única opción viable acaba por dilapidar la esperanza de muchas personas que aun anhelando un cambio político, lo perciben como una utopía inalcanzable. Porque el poder de los dos grandes partidos es enorme. Están en todas las televisiones, los informativos solo se centran en ellos: Partido A o Partido B. Todo lo que hay más allá es inválido, superfluo. Nos obligan a creer que sin ellos todo se iría a la ruina, pereceríamos. Tanto que, desde hace unas semanas, no tienen pudor en manifestar públicamente que lo que tienen que hacer los ciudadanos y ciudadanas el próximo 25 de mayo es votar a uno o a otro. Parece que no les importa si eligen A o eligen B. ¿Y si aun así sale mal? Porque las encuestas auguran que el bipartidismo, aun ganando por amplia mayoría, no va a conseguir el apoyo generalizado del que ha gozado en las últimas décadas. Pues reitero, si sale mal, Felipe González da la respuesta: “Si el país lo necesita podría haber una gran coalición entre PP y PSOE”. Adiós máscaras, la falsa democracia se muestra ya sin tapujos. No hace falta seguir con la teatralización.

Y mi pregunta es, ¿qué es lo que necesita este país? ¿Una gran coalición de mangantes? “No hay ninguna demostración de que la dispersión del voto, que es legítima, ayude a arreglar los grandes problemas del país”, decía González. Y tiene razón, aun así de lo único que estamos seguros es de que ninguno de los dos grandes partidos ha tenido interés alguno en arreglar esos grandes problemas de los que habla el ex presidente socialista. Aun así, ¿saben cuántas formaciones políticas se presentan a las elecciones europeas? 39. ¿De cuántas han oído hablar? Me aventuro a decir que, como mucho, de diez. Y esto me recuerda a esa queja generalizada de los equipos de fútbol que criticanel injusto reparto de los derechos de publicidad de las televisiones, donde Real Madrid y Barcelona se llevan casi todo el pastel. Sin embargo, a veces salta un tercer equipo que da la sorpresa. ¿Nos encontraremos con un Atlético en las próximas elecciones europeas?

Probablemente no. Porque mientras que en el deporte se vende ilusión y afán de superación, en la política –especialmente en la protagonizada por PP y PSOE- se vende miedo. “Dispersar el voto es negativo”, repiten sin cesar.“No os fijéis en los partidos antisistema que quieren entrar en el sistema para reventarlo”, aconsejaba María Dolores de Cospedal hace apenas un mes en un mitin del Partido Popular. Bildu es ETA, la PAH es ETA, los escraches son ETA.Todo es ETA para populares y socialistas, todo excepto ellos, claro. Y usan esta cruel y falso símil porque saben que ETA significa miedo, terror, desconfianza y rechazo. 

Mientras tanto, los grandes medios de comunicación siguen a lo suyo. La prensa escrita está cada vez más controlada por el establishment. Por ejemplo, El País se ha convertido en uno de los más acérrimos defensores del status quo establecido y lleva tiempo alertando sobre el auge de los llamados populismos, cajón de sastre en el que cabe cualquier opción que supere un poco el margen de lo “políticamente correcto”. Es más, se permite hablar de ‘antipolítica’ en referencia a todas aquellas formaciones que defienden cambiar desde dentro el sistema establecido, ya no solo en España, sino en toda la UE. Es decir, para estos medios, la ‘antipolítica’ representa a aquellos colectivos y movimientos que más practican la política: PAH, 15M, asambleas de barrio, centros sociales… Personas empoderadas que de manera horizontal y asamblearias toman medidas de acción directa para cambiar la sociedad que les rodea. Ana Botella, alcaldesa de Madrid pide a los ciudadanos que participen en las elecciones del 25 de mayo “para acabar con quienes han hecho apología de la antipolítica”. Esos, asegura, que “tras criticar la democracia formal ahora se presentan a los comicios”. Y me pregunto, ¿puede haber algo más antipolítico que una alcaldesa puesta a dedo y que genera rechazo hasta entre sus propios compañeros? Y la guinda del pastel la pone el único debate electoral convocado, que solo reunirá a Elena Valenciano (PSOE) y Miguel Arias Cañete (PP). Lo demás, no existe. No es válido. Es innecesario.  

Siempre nos queda Twitter
O no. Desde hace unos años, las redes sociales se han convertido en la única vía de escape de un sistema especialmente controlado. Lo llaman democracia y no lo es, gritaban en la Puerta del Sol hace unos cuantos años. Y así parece ser. Primero fue la reforma del poder judicial, acto seguido la reforma laboral, después la del aborto y más tarde la del Código Penal, solo por citar algunas de las que más derechos han cercenado a la población. Pero no están conformes. Las redes sociales siguen en auge y las críticas a los políticos del PP y del PSOE se multiplican. Y el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ya no puede más. “Hay que limpiar las redes sociales de indeseables” y ha puesto a la Policía Nacional a leer ‘tuits’ y a detener a ‘tuiteros’, sin duda una labor mucho más ejemplarizante que la de perseguir a criminales como los muchos imputados que hay entre sus filas, casos Bárcenas y Gürtel a la cabeza. Quizá es porque así lo ha querido la Virgen del Amor, condecorada con la Medalla de Oro al Mérito Policial.

Pues bien, este pensamiento no se reduce a los líderes populares. ¿Adivinan quien apoya la moción? Acertaron. El portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso, José Martínez, ha urgido al Gobierno a regular las redes sociales “ante la catarata de comentarios indignos que muchas personas desalmadas vierten”. Una vez más unidos, como probablemente lo estén dentro de no mucho tiempo en un “gran pacto de Estado” que nacerá seguro “para salvar la democracia”. 

El 25 de mayo tenemos otra oportunidad para demostrarles que no estamos alienados y que seguimos siendo seres políticos. Allende el bipartidismo, hay 37 opciones políticas diferentes, más el voto blanco y el nulo. Pero no pierdo la esperanza. Sueño con el maestro Saramago y, a lo lejos, más allá de las tinieblas que nos asfixian ahora, vislumbro unas elecciones en las que triunfe la lucidez.



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